Impacto del Tratamiento Oncológico Sistémico en la Salud Cardiorrespiratoria: Lo Que Todo Profesional Debe Saber
(Acceso Libre) Una baja aptitud cardiorrespiratoria se asocia con una mayor carga de síntomas y una mayor prevalencia de factores de riesgo cardiovascular para los pacientes.
Introducción: ¿Por qué es Importante la Aptitud Cardiorrespiratoria en Personas con Cáncer?
La aptitud cardiorrespiratoria (CRF, de ahora en adelante), evaluada mediante el consumo máximo de oxígeno (VO₂peak), es un indicador objetivo clave de la capacidad cardiovascular general. En pacientes con cáncer, un VO₂peak bajo se asocia con una mayor carga de síntomas, una mayor prevalencia de factores de riesgo cardiovascular relacionados con el tratamiento a largo plazo y un riesgo mayor de fallecimiento por cáncer, enfermedades cardiovasculares y todas las causas [1].
Diversos estudios han señalado que los tratamientos sistémicos contra el cáncer pueden causar reducciones notables en el VO₂peak, tanto a corto como a largo plazo. Sin embargo, la mayoría de estas investigaciones se han enfocado en el cáncer de mama, carecen de evaluaciones longitudinales o se basan en estimaciones en lugar de mediciones directas del VO₂peak. Por lo tanto, los efectos generales de las terapias anticancerosas sistémicas sobre el VO₂peak aún no se comprenden del todo.
El VO₂peak está determinado por factores fisiológicos centrales, como el transporte convectivo de oxígeno, y factores periféricos, como la capacidad oxidativa del músculo esquelético y el transporte difusivo de oxígeno. Aunque en condiciones normales el transporte de oxígeno (por ejemplo, el gasto cardíaco) suele ser el principal factor limitante para el VO₂peak, los tratamientos anticancerosos pueden provocar efectos adversos tanto agudos como crónicos que impactan en diferentes puntos del eje cardiopulmonar-muscular. Esto subraya la necesidad urgente de comprender mejor la fisiopatología del VO₂peak bajo en pacientes con cáncer, para diseñar intervenciones específicas y efectivas.
Y eso es lo que vamos a ver hoy querido lector.
Sobre mí y por qué este blog puede ayudarte
¡Hola! Por si eres nuevo por aquí, me llamo Daniel Lucena y soy especialista en ejercicio y cáncer.
Decidí crear este blog para apoyar a personas como tú en la comprensión de cómo el ejercicio físico puede transformar cada etapa del tratamiento oncológico. Aquí encontrarás información respaldada por evidencia científica, presentada de manera clara y práctica, para que puedas incorporar el ejercicio a tu vida con confianza y una base sólida de conocimiento.
Si estos temas conectan contigo, te invito a suscribirte al blog. No recibirás más que contenido útil, genuino y pensado para orientarte. Además, estarás al tanto de las últimas publicaciones en oncología y ejercicio para seguir aprendiendo y creciendo juntos semana a semana. ¡Gracias por ser parte de esta comunidad!
EFECTO DEL TRATAMIENTO SISTÉMICO ANTICANCEROSO EN EL VO₂PEAK.
En términos generales, los tratamientos sistémicos contra el cáncer se relacionan con una notable disminución en la capacidad cardiorrespiratoria de los pacientes, medida como una reducción en el VO₂peak, desde el inicio hasta después del tratamiento. Esta disminución se observa de manera consistente en diferentes tipos de cáncer, como el de colon, recto, esófago, estómago y mama.
Aunque existen variaciones leves entre los distintos subgrupos de cáncer, estas diferencias no suelen ser significativas. Esto sugiere que la reducción en la capacidad cardiorrespiratoria puede ser un efecto común de los tratamientos anticancerosos, independientemente del tipo de cáncer tratado. Estos hallazgos subrayan la necesidad de prestar atención a los efectos secundarios de los tratamientos en la salud física general de los pacientes y de explorar estrategias para mitigar este impacto.
Mecanismos que Explican la Reducción en la Capacidad Cardiorrespiratoria
Los mecanismos que explican la reducción en la capacidad cardiorrespiratoria (VO₂peak) en pacientes con cáncer se han analizado a través de diversos estudios. En general, se observa que una menor diferencia arterio-venosa de oxígeno (av-O₂), que refleja la capacidad del cuerpo para extraer y utilizar oxígeno a nivel muscular, está estrechamente relacionada con un VO₂peak más bajo.
Por otro lado, no se encontró una relación significativa entre el gasto cardíaco y el VO₂peak, lo que sugiere que las limitaciones en la capacidad cardiorrespiratoria podrían estar más relacionadas con la eficiencia de los músculos para utilizar el oxígeno que con la capacidad del corazón para bombearlo. Por ello, es importante abordar tanto los factores periféricos como los centrales en el manejo de la salud física de los pacientes.
Cuando hablamos de factores "centrales" y "periféricos" en el contexto de la capacidad cardiorrespiratoria, nos referimos a dos aspectos diferentes del sistema cardiovascular y muscular que influyen en la forma en que el cuerpo utiliza el oxígeno.
Factores centrales: Se refieren a los aspectos relacionados con el corazón y la circulación sanguínea. El corazón es responsable de bombear la sangre, y la circulación se encarga de transportar el oxígeno a los tejidos del cuerpo. Un factor central clave en la capacidad cardiorrespiratoria es el gasto cardíaco, que es la cantidad de sangre que el corazón bombea por minuto. Si el corazón no es capaz de bombear suficiente sangre, el cuerpo no recibe el oxígeno necesario para un rendimiento físico óptimo.
Factores periféricos: Se refieren a los aspectos que ocurren fuera del corazón, en los músculos y otros tejidos que reciben el oxígeno. Esto incluye la capacidad de los músculos para extraer y utilizar el oxígeno de la sangre (a través de la diferencia arterio-venosa de oxígeno, o av-O₂). También involucra la eficiencia del sistema circulatorio periférico, como los vasos sanguíneos y la capacidad de los músculos para hacer uso del oxígeno en los procesos metabólicos. Si los músculos tienen dificultades para extraer o utilizar el oxígeno, la capacidad de realizar ejercicio físico se ve limitada, incluso si el corazón está bombeando sangre adecuadamente.
Impacto del Tratamiento Anticanceroso en la Capacidad Cardiorrespiratoria: La Importancia del Ejercicio para las Personas con Cáncer
Imaginemos que estamos hablando de la capacidad de nuestro cuerpo para usar oxígeno cuando hacemos ejercicio, lo cual se mide como VO₂peak. Este es un indicador de cuán bien funciona nuestro sistema cardiovascular, especialmente el corazón y los pulmones, para enviar oxígeno a los músculos durante el ejercicio. Cuanto más alto es el VO₂peak, en mejor posición estamos para rendir físicamente.
El estudio que estamos viendo muestra que después de 13 semanas de tratamiento sistémico contra el cáncer, la capacidad de usar oxígeno, o VO₂peak, disminuye aproximadamente en 2.1 mL por cada kilo de peso corporal por minuto. Esto quiere decir que el cuerpo de los pacientes se vuelve menos eficiente para usar oxígeno después de pasar por el tratamiento [1].
Y lo más interesante es que esta reducción no desaparece con el tiempo. Incluso años después de haber completado el tratamiento, los sobrevivientes de cáncer tienen un VO₂peak más bajo que las personas que nunca han tenido cáncer. Esto sugiere que los efectos del tratamiento son duraderos.
Ahora bien, ¿por qué es tan importante? Se ha comprobado que cuando el VO₂peak es bajo, los pacientes tienen más probabilidades de sufrir otros problemas de salud graves, como enfermedades cardíacas, o pueden enfrentar más complicaciones. Por eso, este estudio apoya la idea de que los pacientes con cáncer deberían seguir una terapia de ejercicio durante y después del tratamiento para ayudar a mejorar su VO₂peak y, en consecuencia, su salud en general [1].
Lo que también hace interesante este estudio es que, a diferencia de otros que solo se han centrado en un tipo de cáncer, este abarca una variedad de tipos de cáncer. Por ejemplo, en estudios previos sobre cáncer de mama, se encontró que las mujeres con cáncer de mama tenían un VO₂peak entre un 22% y un 33% más bajo que el de mujeres saludables de la misma edad. Este estudio, al incluir muchos tipos de cáncer, ofrece una visión más completa de cómo el tratamiento sistémico afecta la capacidad física de los pacientes.
Un hallazgo importante de este estudio es que los tratamientos para diferentes tipos de cáncer (como los de esófago y estómago, mama, y colon y recto) provocan caídas similares en la capacidad cardiorrespiratoria (VO₂peak). Esto significa que, aunque el tipo de cáncer sea diferente, los tratamientos tienen un impacto negativo similar en la forma en que el cuerpo utiliza el oxígeno. Sin embargo, hubo un pequeño inconveniente: debido a que muchos de los pacientes tenían diferentes tipos de cáncer, no fue posible hacer un análisis detallado de cómo diferentes tratamientos específicos afectaron el VO₂peak.
Lo que también es interesante es que este estudio estima que el VO₂peak disminuye sobre un 10% cada década con la edad. Para ponerlo en perspectiva, si tienes 50 años, la disminución en tu capacidad cardiorrespiratoria es similar a la que tendría una persona de 70 años que no ha tenido cáncer.
Este estudio también respalda la idea de que los sobrevivientes de cáncer pueden envejecer más rápido debido al tratamiento. Hay investigaciones que sugieren que los sobrevivientes de cáncer tienen un "ritmo de envejecimiento" más rápido, lo que significa que, biológicamente, pueden ser más viejos que su edad real. Por ejemplo, los sobrevivientes de cáncer infantil pueden ser biológicamente entre 0.6 y 6.44 años mayores que las personas de la misma edad que no han pasado por el tratamiento.
¿Y qué podemos hacer al respecto?
Imaginemos que el cuerpo es como un coche, y cuando hacemos ejercicio, nuestro corazón y pulmones trabajan juntos para que el oxígeno llegue a los músculos, que son como los motores de este coche. El oxígeno es esencial para que los músculos funcionen correctamente, y una forma de medir qué tan bien estamos usando ese oxígeno es a través del VO2peak. Es como medir la potencia máxima del motor de un coche. Si el VO2peak está bajo, significa que nuestros músculos no están recibiendo suficiente oxígeno para rendir al máximo.
Ahora, cuando las personas reciben tratamiento para el cáncer, como quimioterapia, algo curioso sucede: no solo afecta el corazón y los pulmones, sino también los músculos, que son los encargados de utilizar ese oxígeno. Este tratamiento puede hacer que los músculos pierdan fuerza y masa, lo que se traduce en una peor condición física.
Se ha descubierto que el tratamiento contra el cáncer afecta más a los músculos y los vasos sanguíneos periféricos (los que están lejos del corazón, como en las piernas o los brazos), en lugar de afectar directamente el corazón. Esto se debe a que el tratamiento puede cambiar la forma en que los músculos usan el oxígeno. Un efecto interesante es que, en algunos pacientes, después del tratamiento, la cantidad de grasa en los músculos aumenta (algo llamado miosteatosis), lo que puede hacer que los músculos funcionen aún peor. De hecho, algunos estudios han mostrado que, incluso un año después de la quimioterapia, esta grasa sigue presente en los músculos, lo que sigue afectando la capacidad de usar oxígeno.
¿Y qué podemos hacer al respecto? Pues, la buena noticia es que el ejercicio puede ayudar mucho. Se ha demostrado que entrenar a través de un programa de ejercicio mejora el VO2peak en las personas con cáncer, lo que significa que pueden volver a usar mejor el oxígeno en sus músculos, casi como si estuvieran arreglando su motor.
En el estudio se señala que aún no hay suficiente evidencia para determinar cuál es el momento óptimo para comenzar a hacer ejercicio, si durante el tratamiento o después de este. Sin embargo, en mi opinión, si pudiéramos sacar a estos investigadores del laboratorio y les preguntáramos directamente, estoy seguro de que el 100% de ellos coincidiría en que cuanto antes empiece la persona, mejor.
Lo que parece claro es que el ejercicio puede mejorar el VO2peak, pero no siempre será suficiente para revertir completamente todos los efectos negativos del tratamiento.
Algo curioso es que, aunque el ejercicio puede mejorar el VO2peak, esa mejora no siempre es suficiente para solucionar completamente los problemas causados por los tratamientos del cáncer, tanto a corto como a largo plazo. Esto indica que las recomendaciones actuales de ejercicio, que generalmente sugieren 3 sesiones por semana, con una duración de 30 a 60 minutos a una intensidad moderada durante 12-15 semanas, podrían no ser suficientes para mejorar el VO2peak en personas que ya han pasado por un tratamiento sistémico contra el cáncer.
¿Y por qué no sería suficiente?
Mejorar parámetros como el VO2peak requiere mucho tiempo, y esto es algo que ya se necesita en personas saludables. Ahora imagina a una persona que ha recibido tratamientos tan intensos que la dejan completamente agotada. A veces, no podrá entrenar más de un día a la semana o no estará en condiciones de seguir el plan de entrenamiento que le corresponde ese día.
Por eso, a mí me parece más importante fijarme en otros aspectos, como cómo el ejercicio mejora su vida cotidiana. Si ahora puede subir dos plantas de escaleras en lugar de una sin quedar sin aliento, si puede jugar más tiempo con sus nietos en el parque, o dar un paseo con sus amigas, algo que antes no podía hacer porque no tenía energía suficiente para verlas. Son estos pequeños logros los que realmente reflejan cómo el ejercicio impacta positivamente en su calidad de vida.
Y PARA ACABAR, REFLEXIÓN
Como profesionales, sabemos que nuestra labor no se limita a tratar la enfermedad; también debemos asegurar que nuestros pacientes alcancen la mejor calidad de vida posible, tanto durante como después del tratamiento. En el caso de los pacientes oncológicos, la evidencia científica es contundente: el ejercicio físico supervisado no solo mejora significativamente la aptitud cardiorrespiratoria (VO2peak), sino que también tiene un impacto positivo en múltiples aspectos de la salud física y emocional.
El VO2peak, una medida clave de la condición física cardiorrespiratoria, está fuertemente asociado con la supervivencia y la calidad de vida en pacientes oncológicos. Sabemos que los tratamientos sistémicos contra el cáncer, como la quimioterapia y la radioterapia, suelen ocasionar un deterioro significativo en esta capacidad, equiparable a un envejecimiento acelerado de años. Este deterioro no solo limita actividades cotidianas como subir escaleras, jugar con los nietos o salir a caminar, sino que también se asocia con peores resultados clínicos a largo plazo.
Ignorar estas consecuencias y no derivar a los pacientes a programas de ejercicio adaptado no solo priva a las personas de una oportunidad de mejora, sino que estoy seguro que en un futuro se considerará una mala praxis. No hacerlo es equivalente a omitir una intervención con beneficios demostrados que puede mejorar la calidad de vida, mitigar los efectos adversos de la terapia y reducir el riesgo de complicaciones futuras.
El ejercicio físico, adaptado y supervisado por especialistas, actúa como un tratamiento coadyuvante. Su capacidad para mejorar el VO2peak no solo ayuda a contrarrestar el impacto negativo del cáncer y sus tratamientos en el sistema cardiopulmonar y muscular, sino que también potencia la salud emocional, combate la fatiga crónica y mejora la percepción general de bienestar. Además, los beneficios trascienden el tratamiento oncológico, ayudando a los pacientes a recuperar una sensación de normalidad y funcionalidad en su vida cotidiana.
No obstante, es crucial comprender que no basta con recomendar “hacer ejercicio”. Los pacientes necesitan orientación profesional y programas diseñados específicamente para sus capacidades, limitaciones y necesidades individuales. Derivarlos a servicios especializados garantiza que el ejercicio sea seguro, eficaz y adaptado a sus circunstancias. Es una inversión en su salud a corto y largo plazo.
No derivar a pacientes oncológicos a programas de ejercicio físico adaptado no solo representa una pérdida de oportunidad para mejorar su calidad de vida, sino que podría interpretarse como una falta de atención integral al paciente. La evidencia está sobre la mesa, y el llamado a la acción es claro: el ejercicio no es opcional en el tratamiento del cáncer, es una parte fundamental del cuidado integral. Como profesionales de la salud y no sólo de la enfermedad, tenemos la responsabilidad ética de garantizar que todos nuestros pacientes tengan acceso a esta herramienta tan poderosa.
¡Espero que te haya gustado!
Si has aprendido algo nuevo, por favor, déjame un "like". Así sabré que este tipo de artículos te resultan útiles y relevantes.
¡Muchas gracias por dedicar tu tiempo a leerme!
Un abrazo,
Gracias Daniel. ¿Crees que puede llegar a recuperarse el estado de forma cuando antes de los tratamientos era bueno?