El desastroso manejo del dolor en el cáncer y sus implicaciones.

El dolor afecta hasta al 40 % de las personas tras el tratamiento contra el cáncer y suele ser subestimado. Aunque los medicamentos son el tratamiento principal, su manejo es a menudo insuficiente.

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Si aún no me conoces, me presento: soy Daniel Lucena, especialista en ejercicio y cáncer. Aquí, cada semana, comparto mis aprendizajes y descubrimientos sobre cómo el ejercicio puede transformar la manera de afrontar un cáncer.

Espero que te ayude la lectura de este artículo.

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El dolor es como una sombra persistente que afecta hasta al 40 % de las personas en las primeras etapas tras superar el tratamiento contra el cáncer. Aunque suele pasarse por alto, su impacto es profundo: deteriora la calidad de vida y puede incluso acortar la supervivencia. Aunque los medicamentos son el primer recurso para aliviarlo, muchas veces no logran alcanzar el corazón del problema, dejando a quienes lo sufren con un alivio insuficiente.

Un traje a medida: la medicina de precisión para el dolor

La medicina de precisión es como un sastre que diseña el tratamiento perfecto para cada persona. Nos permite agrupar a los pacientes según cómo reaccionan a las enfermedades o los tratamientos y ajustar las soluciones a sus necesidades únicas.

En el caso del dolor después del cáncer, se trata de identificar si el dolor es como un golpe físico (nociceptivo), un cable eléctrico dañado (neuropático) o una alarma que suena sin razón aparente (nociplástico). Entender este "idioma del dolor" nos ayuda a ofrecer tratamientos más efectivos y personalizados.

El dolor nociplástico: una alarma que hay que comprender

El dolor nociplástico es un tipo de dolor que aparece cuando el sistema de alerta del cuerpo se activa sin que haya daño evidente. Es como una alarma que sigue sonando aunque no haya fuego. Este concepto, introducido en 2017, marcó un cambio importante en cómo entendemos y tratamos el dolor. En 2021, se establecieron criterios claros para identificarlo y abordarlo, abriendo nuevas puertas para un manejo más preciso, especialmente en personas que han superado el cáncer.

El mapa del dolor en los sobrevivientes de cáncer

Investigaciones recientes han mostrado que este tipo de dolor, junto con el dolor musculoesquelético crónico, es muy común entre los sobrevivientes de cáncer. Es como si el cuerpo quedara con cicatrices invisibles que todavía duelen. Sin embargo, las herramientas que solíamos usar para clasificar este dolor han quedado desactualizadas, y los nuevos criterios nos dan un mapa más detallado para entender y tratar estos casos.

Construyendo un futuro con menos dolor

Un equipo de 22 expertos internacionales, llamado Cancer Pain Phenotyping (CANPPHE) Network, está aplicando estos nuevos criterios para ayudar a las personas que han superado el cáncer y lidian con dolor crónico. Este enfoque permite identificar si el dolor es más como un golpe, un cortocircuito o una falsa alarma, y adaptar los tratamientos de forma más precisa.

¿Por qué es importante? Porque los tipos de dolor más complejos, como el neuropático o el mixto, son más difíciles de tratar. Clasificar correctamente el dolor es como encontrar la llave que abre la puerta al tratamiento más adecuado. Y, en lugar de simplemente apagar los síntomas, este enfoque busca solucionar el problema desde su raíz.

Con estas herramientas más precisas, estamos un paso más cerca de aliviar el dolor crónico de quienes han superado el cáncer. Es un avance que no solo promete menos sufrimiento, sino también una mejor calidad de vida para estas personas.

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Daniel Lucena @danilucesalud

ESPECIALISTA EN EJERCICIO Y CÁNCER

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