Cómo el cáncer secuestra el sistema nervioso para propagarse.
Este sistema en 3D muestra cómo interactúan las células nerviosas (magenta) con las cancerosas (verde).
Destellos de relámpagos verde lima danzaban erráticamente por la pantalla del ordenador, un espectáculo hipnotizador que dejó boquiabierta a la neurocientífica especializada en cáncer Humsa Venkatesh. A finales de 2017, observó una tumultuosa tormenta de actividad eléctrica en el interior de células extraídas de un tumor cerebral humano conocido como glioma.
Venkatesh había previsto un nivel modesto de comunicación entre las células cerebrales malignas, similar al que se encuentra en las células sanas. Sin embargo, lo que presenció fue un incesante aluvión de diálogos rápidos. "Fui testigo de cómo estas células tumorales se iluminaban", recuerda Venkatesh, reflexionando sobre su época como investigadora postdoctoral en la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford (California). "Su actividad eléctrica era inconfundible".
Inmediatamente, contempló las implicaciones de su descubrimiento. La comunidad científica no se había planteado la idea de que las células cancerosas, sobre todo las del cerebro, pudieran mantener una comunicación tan intensa. Se preguntó si este diálogo eléctrico constante facilitaba la supervivencia del tumor o incluso su expansión. "Estamos hablando de cáncer, no de neuronas ni de ningún otro tipo de célula", subraya Venkatesh. Ser testigo de una actividad celular tan intensa fue, en sus palabras, "realmente sobrecogedor". Desde entonces, Venkatesh se ha trasladado a la Facultad de Medicina de Harvard, en Boston (Massachusetts).
La revolucionaria investigación de Venkatesh contribuyó a un artículo fundamental de 2019 en Nature, junto con otro estudio que llegó a la misma conclusión: los gliomas presentan actividad eléctrica. Estos tumores pueden incluso integrarse en circuitos neuronales, recibiendo estimulación directa de las neuronas, lo que favorece su crecimiento.
La inquietante revelación de que las células cancerosas secuestran los nervios del cerebro subraya un avance fundamental en el incipiente campo de la neurociencia del cáncer. Los investigadores están desentrañando meticulosamente las innumerables formas en que el cáncer -incluso más allá del cerebro- explota el sistema nervioso en su provecho. Al igual que los tumores reclutan vasos sanguíneos para sostenerse y proliferar, el cáncer orquesta una compleja relación con el sistema nervioso, influyendo en todo, desde el inicio hasta la metástasis.
Esta convergencia de la oncología y la neurociencia representa una frontera apasionante que arroja luz sobre facetas del microentorno tumoral que antes pasaban desapercibidas. Los científicos están empezando a descifrar las neuronas específicas y las vías de señalización implicadas, aunque las nuevas interacciones con el sistema inmunitario añaden capas de complejidad a la narración. A medida que las investigaciones profundizan en la intrincada interacción entre el cáncer y el sistema nervioso, surgen terapias innovadoras dirigidas a estas conexiones. Algunos de estos enfoques terapéuticos reutilizan fármacos existentes para mejorar los resultados de las personas que luchan contra el cáncer.
"En el centro de nuestro empeño está el objetivo de beneficiar a los pacientes", subraya la bióloga del cáncer Erica Sloan, de la Universidad Monash de Melbourne (Australia). "Aunque la satisfacción intelectual de desentrañar entresijos biológicos es innegable, nuestro objetivo primordial es traducir estos descubrimientos en avances clínicos tangibles".
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a Danilucesalud -Blog Ejercicio y Cáncer para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.